martes, 28 de junio de 2016
viernes, 10 de junio de 2016
lunes, 6 de junio de 2016
miércoles, 1 de junio de 2016
Reivindicar la política
Que Honduras es un país que vive en permanente crisis no es un asunto
desconocido, la problemática es extensa; económica, social, impunidad,
corrupción y violencia son solo algunas de la amplia lista de conflictos
sociales provocados por el desgaste de la política y la poca
credibilidad de los políticos marcados en su mayoría por actitudes y
acciones que han motivado a que los ciudadanos la perciban como una
actividad corrupta e inútil.
Es preocupante el desprestigio de la clase política en el momento en
que pareciera que más se necesita, cuando hay buena política los países
prosperan y las condiciones de vida de sus habitantes mejoran,
reivindicar la política es el único camino para encontrar la ruta hacia
una democracia sólida y consolidada mediante la buena gobernanza.
Si no existe la buena política los países no funcionan, no hay
controles efectivos en las instituciones gubernamentales, el Estado
gasta más de lo que recibe, no hay respeto por el ordenamiento jurídico,
en este último caso, es común que se aprueben leyes que a fin de
cuentas los mismos políticos transgreden.
Cuando Aristóteles definió al hombre como “un animal político”,
seguramente refería que si bien ninguna sociedad puede vivir sin la
política, frente al deterioro de la misma es un deber ciudadano exigir y
participar en procesos que tengan como objetivos concretos reorientar
los valores y principios de una actividad cuya función principal es el
bienestar ciudadano.
La buena política debe estar marcada por la sensatez, el sentido
común y la responsabilidad, donde hay un sistema democrático sano la
legalidad supera a la impunidad, la base de la buena política está
fundamentada en la austeridad y la honradez en la administración de los
recursos estatales.
La mala política por su parte se manifiesta en el abuso
indiscriminado del poder p
ara beneficio propio y en detrimento del
interés general, las malas prácticas de los políticos van haciendo más
grandes y complejas las enormes barreras que impiden a los países
superar problemas urgentes.
¿Sera posible reivindicar la política? Seguramente sí,
primordialmente es importante obligar a la renovación y revitalización
de cuadros en los partidos políticos, profundizar en su democracia
interna y trabajar en un verdadero plan de reformas que hagan de la
política una actividad más dinámica y acorde con las exigencias
ciudadanas.
La política no puede estancarse por tanto tiempo en la indiferencia
con nula o escasa reacción de los políticos ante las principales
necesidades y demandas sociales, para salvar la política, hay que
comenzar reconstruyéndola desde la presión ciudadana, solo la buena
política salvará al país de la mala política.
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