La Misión de Apoyo para el
Combate de la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH) toma fuerza y con ello crecen las
expectativas de la población en relación a por fin encontrar una verdadera
estrategia que ponga fin a un flagelo que en las últimas dos décadas creció de
manera acelerada con tal fuerza e influencia, que logro debilitar y hasta
infiltrar a los organismos de aplicación de justicia.
La MACCIH parece ser el punto de
coincidencia de los diferentes sectores políticos, económicos y de sociedad
civil, salvo muy raras y radicales excepciones, este organismo dependiente de
la Organización de Estados Americanos (OEA) cuenta con el respaldo de todo un
país que ve con buenos ojos el trabajo de acompañamiento y auditoria que se
desarrollara en un periodo inicial de cuatro años.
Si bien el vocero de la
MACCIH, el peruano Juan Jiménez Mayor, en su mensaje de presentación ante la
sociedad hondureña destaco que por ahora no existe una agenda definida o
planteada en cuanto a los casos de corrupción específicos, tranquiliza el hecho
de también enfatizar que no permitirán injerencia de ningún tipo, que las investigaciones serán aquellas que la
misión defina y que actuaran con total independencia procurando llevar los
procesos hasta el final de los mismos.
En tal sentido, la agenda de
la MACCIH está abierta, hay casos emblemáticos en la retina de la población, el
desfalco multimillonario en el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS)
seguramente será de los primeros en documentarse y someter a judicialización,
también hay quienes presumen que los miembros de este organismo han mostrado
especial interés en dar seguimiento a la depuración de la Policía Nacional.
Adicionalmente, y a la par de acciones
concretas, como la reformas al sistema de justicia y las que se pretenden
aplicar a la Ley Electoral y de las Organizaciones Políticas, particularmente
en lo que concierne al financiamiento de las campañas, hay una serie de casos
que trascienden administraciones gubernamentales y cuyos procesos se han
engavetado producto de fuertes presiones políticas y económicas.
No en vano, Jiménez Mayor ha
recomendado como una acción prioritaria, la creación de tribunales especializados
anticorrupción como una plataforma fundamental para la documentación,
investigación y sanción de casos emblemáticos y la obligatoriedad de la
devolución de activos adquiridos de manera ilícita, petición que se espera
encuentre eco en el seno del Poder Judicial hondureño.
Con la MACCIH en Honduras se
espera una nueva etapa de control y limpieza de ilícitos, está en juego el prestigio y la credibilidad
internacional de la OEA y su mecanismo de lucha contra la corrupción, está en juego la voluntad política mostrada
desde inicios de este proceso por parte del presidente Juan Orlando Hernández,
está en juego la institucionalidad democrática y jurídica, es hoy o nunca.
Ahora toca dejarles trabajar y
ofrecerles un total y decidido respaldo, Jiménez Mayor dijo a manera de
compromiso que, “la MACCIH apoyara a
Honduras en la lucha anticorrupción buscando construir nuevos tiempos con
integridad y honradez”, y si ellos harán su parte, nos queda a nosotros hacer
la nuestra.
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